Por el Concejo Deliberante de 25 de Mayo
Además fue reconocido el proyecto «¿Qué hacemos con las botellas?» mediante el cual se confeccionó un banco de barro para los abuelos del Hogar de Ancianos.
Levantarse y trabajar la tierra, sembrar, cuidar la huerta, producir semillas, cosechar alimentos, son actividades que forman parte de la historia del hombre e indefectiblemente aparecen asociadas en el imaginario colectivo a «lo rural».
En Gobernador Ugarte, como en otros tantos pueblos rurales de nuestro país, esta práctica se fue perdiendo, en los caminos de la «modernidad», el consumismo y el individualismo.
Hoy la cocina, como nuestros alimentos los resolvemos cotidianamente en el almacén o en el súper. Es el mercado el que dictamina que es un alimento y como debemos alimentar a nuestros hijos. Y en este proceso se perdieron esos saberes culturales que se transmiten de boca a oreja y de generación en generación.
El proyecto de Huerta Escolar, que se desarrolla en Gobernador Ugarte, desde hace 5 años, a cargo de las docentes, María Arruda y Carolina Vodanovich, tiene como responsables a los alumnos de la Escuela Secundaria N°6 de la localidad, que cursan los itinerarios formativos, que son materias no obligatorias, y sin embargo la mayoría de los chicos de los tres últimos años de la escuela eligen cursarlas.
Según advierten las docentes «nuestro objetivo es poder referenciar nuestro proyecto como un espacio de turismo educacional, donde, chicos de diferentes escuelas puedan intercambiar saberes alrededor de la producción de alimentos.
Esta es una forma de recuperar nuestra cultura, que tiene lugar con el saber hacer, y que nadie les va a quitar una vez aprendido».
«Producir alimentos sin agroquímicos, producir nuestras semillas, es un pequeñito aire de soberanía y libertad. Si a esto le sumamos que lo producido es donado al Hogar de Ancianos municipal del pueblo y el resto vendido a precios simbólicos para que todos puedan acceder a las verduras, tenemos una pequeña acción solidaria».
Educación solidaria
Pero la solidaridad de los chicos no queda en sólo llevarles verduras a los abuelos, sino también en construir espacios productivos con ellos. Así es que «desde hace dos años junto con los abuelos realizan una huerta en el predio del hogar. De este proyecto también participa 6° grado de la escuela primaria N°41, donde son los alumnos del secundario,
los encargados de transmitirles los saberes culturales alrededor de los alimentos, mediante juegos. Y todos juntos comparten con los abuelos su tiempo».
Por esta actividad fueron distinguidos por el Ministerio de Educación de la Nación como jóvenes solidarios, participando con otras 36 escuelas del Primer Encuentro Nacional de Proyectos Socio – Comunitarios Solidarios.
Este año con los abuelos «se está construyendo un banco de botellas y barro en el hogar para que ellos se sienten a tomar mate. En este proyecto se combinan técnicas de construcción natural en barro, como los antiguos ranchos y envases de botellas de gaseosas que funcionan como ecoladrillos». Este proyecto «¿Qué hacemos con las botellas de plástico?» obtuvo el 2° premio en el área de ciencias naturales en la feria Regional de Ciencia y Tecnología, de este año».
Las profesoras manifestaron que «estos proyectos sólo pueden llevarse adelante porque los chicos les dedican muchas horas extra escolares y por el acompañamiento de las instituciones locales y la Delegación municipal».
El martes por la noche, en sesión ordinaria del Concejo Deliberante de 25 de Mayo, ambos proyectos fueron declarados de interés legislativo, expediente presentado por la concejal Cecilia Germano y votado por unanimidad.
Los alumnos pudieron participar y ver la mecánica de votación de proyectos en el ámbito del Concejo Deliberante.
«Este no es sólo un reconocimiento para los chicos que trabajan y cuidan el hábitat, esperamos que sea un fuerte compromiso del Deliberativo local a legislar por el cuidado del medio ambiente y un futuro sustentable. Porque cuidar el suelo, el agua, el aire, como así también, comer sano y ser soberanos en la producción de alimentos, no es algo que
le compete a los jóvenes como las futuras generaciones, sino también a nosotros».