Puentes educativos junto a las escuelas agrotécnicas

El grupo de Ecología, Biodiversidad y Gestión Ambiental del Instituto de Recursos Biológicos del INTA Castelar desarrolló en el Centro de Formación Rural de Saladillo una capacitación sobre Herramientas para el Monitoreo Ambiental Rural.

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El taller se realizó con la participación de docentes y técnicos de instituciones educativas de la región y el objetivo fue poner a disposición de los participantes el Kit de Monitoreo Ambiental Rural compuesto por la reedición de la Carpeta de Monitoreo Ambiental Rural y su respectiva versión digital interactiva.

Esta versión incluye nueve videos para el monitoreo de los distintos atributos de los ecosistemas, siete cortos de problemáticas agroproductivas y un manual para la implementación didáctica de las herramientas antes mencionadas.

Durante el encuentro, se organizaron dinámicas de aprendizaje teóricas y prácticas tendientes a familiarizar a los participantes en el uso de los materiales del KIT de Monitoreo Ambiental, vivenciar las propuestas prácticas que ofrece dicho material y propiciar un espacio de intercambio vislumbrando sus potencialidades, desde lo transdisciplinar de la propuesta hasta  las realidades escolares.

El Monitoreo Ambiental Rural consiste en un proceso de seguimiento del desempeño ambiental en un predio rural a través de una serie de indicadores, los cuales se deberá aprender a analizar para interpretar los efectos de nuestras decisiones agroproductivas sobre el ambiente.

Desde el área, “nos interesa transmitir que los sistemas ecológicos son complejos, poseen gran cantidad de interacciones no sólo entre los componentes bióticos sino entre éstos, los factores abióticos y las decisiones humanas, resultando en una gran cantidad de incertidumbres en sus consecuencias o efectos visibles”, explicaron integrantes del equipo.

Sin embargo, si uno aprende a mirar a la naturaleza y a entender su funcionamiento, hallará indicaciones visibles y otras no tanto que, a modo de “termómetro”, estarán mostrando la “temperatura” del estado del sistema y de su funcionamiento, señalaron los profesionales.

Estos indicadores tienen que ser medidos en el espacio y en el tiempo, para que por comparación (entre situaciones distintas de manejo, entre ciclos productivos, por años o décadas), podamos ver la trayectoria de los cambios, fueran los resultados en dirección positiva, negativa o neutra. Cuantos más ciclos o años tenemos sistematizados, más efectiva será la mirada de los procesos que deseamos comprender.

Estas herramientas, fueron valoradas por los docentes como un recurso didáctico para “poner el ojo en el ambiente” y junto con los técnicos del INTA acompañar procesos de formación en pos de la sostenibilidad agropecuaria.

Más información:
Laura Medero – lmedero@correo.inta.gob.ar
INTA Castelar

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